El Maestro y el mendigo
Una vez un Maestro iba caminando con una ristra de pescados colgados de su hombro por la orilla del mar.
A su paso vio un hombre muy delgado y famélico sentado sobre una roca mirando hacia el horizonte con mirada perdida y ojos hundidos…
Al pasar a su lado el hombre miró los peces que el Maestro llevaba y le dijo:
“Dadme un pescado, dado que llevas muchos, no te importará”
El Maestro lo miró con bondad y empatía, pues lo vio realmente pobre y hambriento, y le respondió:
“Ven conmigo, buen hombre… Y te enseñaré a pescar”
El hombre le respondió un poco enfadado…
“?Porque me niegas una limosna?, tu tienes mucho, deberías darme lo que te pido… ¿No sientes compasión?”
El Maestro le volvió a decir:
“Hermano en desgracia, si yo te doy un pescado hoy, comerás sólo hoy, y mañana sentirás hambre nuevamente”…
“Si vienes conmigo, y aprendes a pescar, nunca mas sentirás hambre, y podrás llevar sustento a tus hijos, y a quien tu elijas”
A lo cual el hombre, ya enfadado del todo, replicó:
“! Eres un Avaro y un Miserable! ¡No sientes compasión por tus semejantes! ¡Yo sólo te pido un pez y tu tienes muchos, nada te ha de costar compartir tu abundancia!
El Maestro, con infinita paciencia le volvió a instar…
“Quien te da una limosna no es tu benefactor, es tu enemigo. Quien te brinda unas migajas de lo que tiene, te condena a permanecer el resto de tu vida miserable y mendigo, dependiendo de la caridad o de la culpa de quienes te encuentres a tu paso… paso que cada día se hunde mas profundo en el barro de la miseria, sin esperanza de escapar. Ven conmigo que te mostraré como se hace para atender y satisfacer tus necesidades, sin depender de nadie, con alegría y con dignidad”.
El hombre entonces comenzó a darle todas las razones que podía imaginar, algunas valederas, otras no tanto, incluso que ya había probado pescar, sin éxito, y que estaba sumido en la mas miserable de las paupérrimas pobrezas, y que debía ayudarlo por piedad, porque el Maestro tenía y el no”.
El Maestro le respondió…
“El pensar que yo debo darte parte de lo que con mi trabajo y mi conocimiento logré, no es justo, y te mantendrá por siempre sumido en la pobreza y mendigando.”
“Cuando comprendas que lo que te ganas y consigues con tus propios esfuerzos es dignamente tuyo, y lo podrás gozar, y multiplicar, y si elijes, compartir, es cuando dejaras de ser mendigo en tu alma, y comenzaras a pensar diferente, lo cual te permitirá crear abundancia en tu vida y liberarte de esa mentalidad de víctima y pobreza que te tiene atrapado”.
“Toma un salto de fe, muévete en dirección a lo que quieres y ansías, deja tu lugar de comodidad y confort, vence el deseo de que alguien se apiade de ti, y te brinde cuidados, párate en tus propios pies y marcha hacia delante sin mirar atrás. Aprende lo que se te ofrece y ponlo en acción. Acciones que te brindaran el bienestar que estas mendigando. Independientemente de quienes puedan o no compadecerse de ti. ¡Libre! ¡Autosuficiente!
Pero… para conseguir todo esto debes dejar de lamentarte por tu “mala fortuna” y deja de pensar “Pobre Yo”…
Y eso a ciertas personas les resulta muy difícil de hacer.
En la vida puedes elegir entre tener “RAZONES” o “RESULTADOS”.
Las RAZONES pueden ser muy valederas… pero son tan solo RAZONES.
Si tu quieres ver RESULTADOS… debes renunciar a las RAZONES, pues ellas te darán toda la RAZÓN por lo cual eres pobre y mendigo.
Y eso está muy bien, si elijes continuar siendo pobre y mendigo…
Pero si elijes dejar esa clase de vida paupérrima, y comenzar a crear abundancia, debes renunciar a TODAS LAS RAZONES, pues son tu enemigas.
Ahora ven, deja atrás tu historia y todas las razones por la cual te encuentras hoy en este estado miserable, y haz el esfuerzo de aprender lo que tengo para enseñarte”
Y el hombre en ese preciso instante escudriñó su mente, se introdujo dentro de su ser, consultó su alma… y eligió…
La historia queda inconclusa, porque eres tu quien debe elegir…
Si continúas buscando y dando razones por la cual no logras crear abundancia en tu vida…
O estás listo para dar el salto, dejar atrás las lamentaciones, y el “Pobre Yo”, dejar de depender en la caridad de las personas, y TOMAR ACCIÓN NECESARIA para obtener lo que deseas.
¡ES TU ELECCIÓN!
¿COMO QUIERES VIVIR EL RESTO DE TU VIDA… Y LA DE TUS HIJOS?
ES SIEMPRE TU ELECCIÓN.
¡ELIJE!
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